domingo, 26 de agosto de 2007

Brothers in arms

Dicen que un millón de británicos vive ya en España. Muchos parecen, especialmente si se tiene en cuenta la cantidad de ruido, pis y cerveza que destila una jauría de ese tamaño.
Un millón de británicos espolvoreados por España, así, como quien echa la sal en la pasta, siguen siendo muchos británicos y digo yo que un fenómeno así tendría que sentirse en la Costa del Sol o en Ibiza, sí, pero también en Cuenca, Teruel y otras ciudades que sólo existen en la fantasía popular del español medio.

Además, un millón de 'Rooneys' menos en el Reino Unido se sentiría en las calles de Londres y sus alrededores. Pero aquí sigue habiendo la misma cantidad de descerebrados, payasas y demás fauna sajona, según cálculos personales. La cifra de esta presunta fuga de cerebros me parece exagerada.

En todo caso, cuando el río suena es que británicos lleva. Paralelamente, y si tú me dices que cerca de un millón de británicos disfrutan ya de España, yo te cuento que unos cinco millones de españoles viven ya en Londres. Malviven. Lo que estamos viendo aquí es un clarísimo caso no de fuga sino de intercambio de cerebros. Millones de masas encefálicas (y sin el ence) van y vienen de un país para otro en un hermanamiento que no tiene parangón en la historia de ambos países. Hijos de la Gran Bretaña, los unos. Hijos de la Armada Invencible, los otros.

Un proceso que significará, allá por el año 2020, el intercambio físico de estas dos grandes naciones.
Reino Unido será entonces un país poblado por españoles con una minoría de indios, británicos e italianos. El español, que había venido a conquistar el mundo por la vía del idioma, acabará conquistando Bretaña, la gran isla de la campiña y las isobaras por los suelos. Como pueblo de conquistadores que somos, será lindo confiscar este cacho de césped. Aunque eso es precisamente lo que querían los británicos, desprenderse del país que no ve el sol de octubre a marzo.

Por entonces ellos tendrán a su disposición el Levante, la huerta murciana, la Costal del Sol, por supuesto, y comerán pescaíto and chips en Cádiz por media libra. La capital será Gibraltar y la Moncloa será reconvertida a macrodiscoteca. Portugal, ahora que la Península es británica, se anexionará a Spain y el País Vasco y Cataluña obtendrán su independencia. Sin embargo, habrá grupos terroristas que reivindiquen su anexión a Spainland. Los britiñoles, muy aislacionistas ellos, dirán que nanai o que no hay mus.

Un dato farandulero: Isabel II de Inglaterra pasará sus vacaciones en la Isla del Perejil.

Clark Kent García, parapsicólogo.

2 comentarios:

Albanta. dijo...

Me encanta cuando te pones irónico para hablar de todo lo que conlleva vivir en ese país, especialmente cuando de sus gentes y de su clima se trata (ambas cosas están muy relacionadas, por cierto, daría para un estudio mucho más amplio) Me encanta, decía, por lo estiloso y ameno que te queda un post en el que yo, personalmente, hubiera abusado mucho de una sóla palabra para describirlo todo: Mierda. Y ahí hubiera terminado.

Aún así, a pesar de los pesares... ¿a que ya te has enganchado a vivir allí? Y no, no me cuentes que Sabina debía haber descrito Londres, en vez de Madrid, con aquello de "una ciudad invivible pero insustituible", porque no me lo creo!

Todo bien, pues? Que siga así, Deivid.

Un besazo

petilipois dijo...

Gracias María!
Voy a ver qué pasa por tu cabecita en(fuen)carrilada ya en madrid.