jueves, 10 de mayo de 2007

A fluir que son dos días...

...COMO TE decía, María, hoy he tenido un día horrible, pero horrible de no haberlo más horrible dentro de la poca gravedad de un día poco horrible. Es tan compleja de explicar mi tragedia que no tiene nombre ni asidero. Que no requiere solución y menos mal que es así porque no existe. Te jodes y punto.
¿Y no tiene todo el mundo días así?
No.
La gente los tiene o muuuuuucho peores o muuuuucho mejores.
Mi día de hoy ha sido el peor día de todos los días horribles mediocres de la historia.
Y ahí no hay quién me gane.

Por supuesto llovía. Ya pueden embargarte el piso que si el día ha sido soleado pierdes muchos puntos en la escala Lionel Ritchie de Losers.
También he recibido mi llamada de la mala suerte.
Y he tenido mi pequeña tragedia doméstica.

Es de estos días en los que todo lo que te ha pasado, y ha sido mucho, te ha sucedido en el plano negativo.
La rebanada giraba y giraba pero todas las veces caía por el lado de la mantequilla. Por el lado de la mantequilla y además encima de la pelusa de la cocina, que es cuando ya la rebanada es insalvable (aunque los hay que con un poco de cirugía hacen maravillas)
De estos días horribles que cuando llegas a casa lo único peor que puede pasar es algo que sólo le pasaría a Carpanta, como que las ruedas de un coche pasen encima de un charco y te salpiquen de arriba abajo. O que tu equipo pierda 4-0 y pierdas un pleno al quince.

Una de las cosas semi-horribles que me han pasado ha sido dejar el agua caliente del grifo correr por un rato. Que no es grave, al menos en un país de lluvioso como UK. Pero la cosa se complica cuando, por efecto de la gravedad, el maldito grifo británico se cierra y se va acumulando agua. Caliente.
Luego te llaman por teléfono y te dicen que igual haces un directo, que lo de Blair va interesando en España. Que hombre, estamos hartos ya de la guerra de Irak y del anticiclón de las Azores pero que si Tony se va de una puta vez y nos deja tranquis con la Pantoja le damos un poco de bola. Bueno, pues nos lo pensamos y te llamamos a la mínima. ¿Qué tal por Londres?, ¿llueve?, ah qué mala suerte, bueno, llevabais una rachita eh??? Saludos, saludos, hablamos luego.
Hostias.
Pedrín.
Little Peter.
El agua.
El agua que fluye que no veas.
Be water my friend.
Pues si es complicado saber lo que son 20 centímetros, imagínate calcular superficies y ya no digamos el volumen.
Lo que es seguro es que en el suelo había agua.
Un poco de papel de cocina que absorba… bueno… no es suficiente (el anuncio miente). Que si una toallita por aquí, otra por allá. Dale con la sábana. Bebe un poco. Y bueno, en cinco minutos la cosa está resuelta. “Pa haber estado un rato cayendo la he secado pronto”.

Pero claro, no cuentas con las juntas (pocojuntas). Con las grietas, los recovecos, hendiduras, ranuras, surcos, intersticios, fallas, rajas y resquicios que tiene este edificio (no manejo ese vocabulario, dale a MAY f7 y verás).

Tampoco cuentas con los insondables caminos que traza la puta gotera. Son caprichosas: surgen de cualquier grifo y acaban en cualquier techo. Un grifo se queda abierto en Algete y unos años después te salen unas caras en Belmez. Una mariposa bate las alas en Pekín y tienes El día de mañana en Nueva York. Un periodista en paro abre el grifo de su casa de Victoria y el agua cae en el salón del vecino de abajo, encima de un óleo, siendo el dueño de piso y óleo tu casero.

Luego de una serie de catastróficas desdichas, llegando a casa, me ha salpicado un autobús de dos pisos y he recibido un mensaje de Edu: el Barça había perdido 4-0.

Afuera sigue lloviendo. Los coches siguen rociando de H20 las paredes del edificio de Belgrave Road en el que vivo.

Dos borrachos pasan cantando y entiendo nítidamente sus palabras: Always look on the right side of life, que debe de ser lo que se silba aquí cuando vuelves a casa con la botella y no has pillado cacho. Al día siguiente es cuando te preguntas cuál hostias era el lado bueno de la vida, das media vuelta y sigues tostando tu resaca sin necesidad de mayor pena o alegría.

En fin. A mí contar todo esto me ha servido para recuperar el ánimo. Para decir “agüita”, pa pensar cómo le bailaré el agua mañana a mi casero, pa cagarme en las flores de mayo.

A fluir que son dos días...

Sobre mi cruzada, he aquí una pregunta hecha a carlos boyero en su chat de los jueves (gracias Pomar):

4. carlos, ¿dejarias que aznar te lleve a casa despues de una cena?
Ni antes. Ese señor y yo no tenemos nada que ver. Si se sigue desinhibiendo tanto y transformándose en ácrata puede acabar en el frenopático. Que diga esas memeces sobre el vino y la conducción alguien que fue durante ocho años presidente del Gobierno no debería quedar impune, alguien debería exigirle responsabilidades al libertario por sus certidumbres y su desafío a la legislación sobre los límites de velocidad.

Y añado este enlace. Que le corten la cabeza por lo de irak y luego que le traigan a cumplir condena a españa por esto:

http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=11499

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que Carlos Boyero y tú estáis de acuerdo en muchos temas ;)

:... dijo...

bueno leerte muchachito!!!
que casualidad ayer a estas horas estaba pensando en como empezar un post medirianero sobre una pachanga intercultural en bristol, a falta de expresar la intensidad con todos sus matices pues ala conectar de nuevo al blog a partir de una pachanga dominguera donde no participe...
ala voy a escribir ya el post
gracia por el coment pequenho! te voy aregalar una foto de un grifo, jefo de la informacion inglesa
un abrazo