
Los científicos aún no han podido explicar la existencia del tiempo. Lo intuyen, piensan en él, se quedan sobaos y, luego al despertar, ven que la manecilla ha avanzado unos cuarenta minutos. Pero nada, no les parece suficiente. Lo mismo pasa con el azar. Y, sin embargo, existen sospechosos indicios que nos hacen presuponer la existencia de ambos. Al menos para el mortal menos riguroso. Por eso el marido le dice a su parienta: "¿Cuántas putas horas llevas en el baño?" mientras otro dice en un bar: "Pero qué potra tiene el Madrid".
El pasado fin de semana yo experimenté dos sensaciones, las dos en un mismo espacio-tiempo, que me hicieron creer en ambas magnitudes, dimensiones o lo que hostias sean el tiempo y el azar –confirmado ya como está por la comunidad científica internacional lo que es el espacio, es decir, unos 30 metros cuadrados en el barrio de Lavapiés-.
El caso. Volvía de tomar unas pintas con Cristina y Ovidio, durante las cuales habíamos debatido con acierto acerca de la capacidad del cuerpo humano sin lo que viene a ser follar. Una variable que, en ningún caso, tiende a infinito.
4 comentarios:
tengo un proyecto que proponerte...este finde te mando un mailu...
La proposición más decente e interesante que me han propuesto en décadas. Espero tu mail con ansia. F5.
llegó el lunes y yo sin enterarme...te lo mando en brevísimo, cuando el teléfono de esta oficina deje de sonar...
Elena Voldemort ese teléfono rojo que no para de sonar, que han pasado ya casi 12 horas desde el segundo anuncio de mail-propuesta, qué intriga con tu entrega!
Procedo a escribirte esto en tu blog, no sé por qué no te escribo directamente a tu mail, esto es mehó no?
Publicar un comentario